ENCUBRIENDO LA PEDOFILIA


Los casos de abusos a menores de religiosos sin castigo minan al Vaticano y al Papa

El Vaticano cierra filas en torno al líder de la iglesia católica. La «ola» de casos de abusos a menores que salpica las diócesis de Alemania, Irlanda, Suiza y también Estados Unidos, como se ha revelado esta semana, ha provocado un contraataque para cubrir a Ratzinger, que antes de ser elegido Papa fue durante 25 años el máximo responsable de tratar estos casos, como dirigente de la Congregación para la Doctrina de la Fe La exclusiva publicada por el New York Times afirma que el sacerdote Lawrence C. Murphy abusó de 200 niños sordos en Wisconsin durante más de 20 años. El arzobispo de Milwaukee envió dos cartas al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, título que todavía poseía Joseph Ratzinger. En ellas denunciaba las prácticas de Murphy, que trabajó en una escuela para niños sordos desde 1950 a 1974. Un caso en el que la iglesia católica no actuó expulsando a Murphy, sino que se le perdonó ante sus súplicas al prelado porque se encontraba «muy enfermo». Murphy fue trasladado a la Diócesis Superior, donde pasó 24 años trabajando en colegios y en un centro de detención juvenil. Pero este no es el único caso que apunta a la escasa respuesta del actual Papa ante los abusos de menores. También The New York Times afirmaba que Ratzinger encubrió los abusos de otro cura pederasta en los 80, durante su época como cardenal en Munich. Se trata de Peter Hullermman. Joseph Ratzinger había sido informado de que este cura, al que él mismo había enviado en 1980 a terapia contra la pederastia, iba a volver a trabajar a escasos días de haber comenzado el tratamiento. El sacerdote fue arrestado más tarde por volver a abusar de los niños en otra parroquia. El diario asegura que a principios de este mes, un informe de la archidiócesis de Munich responsabilizaba a Gerhard Gruber, mano derecha de Ratzinger, de permitir que el cura volviera a ejercer sus labores. El documento muestra además que el futuro Papa mantuvo una reunión el 15 de enero de 1980 aprobando su traslado. La archidiócesis alemana ha reconocido al periódico que en el caso de Hullermman hubo «muchos errores» en la toma de decisiones. No obstante, rechazan echar todas las culpas al Papa y lo hacen contra los encargados de informarle. Según el reverendo Lorenz Wolf, el informe era algo rutinario y «difícilmente acabó en la oficina de Ratzinger», de manera que él hubiera podido leerlo. Aunque Wolf no fue capaz de decir al periódico con certeza si Ratzinger lo había hecho o no. REACCIÓN DEL VATICANO Por medio del periódico del Vaticano se ha cerrado filas en torno al Papa y han acusado al periódico estadounidense The New York Times de orquestar una campaña en su contra. Según el Obsservatore Romano, la reconstrucción de los hechos realizada por el diario neoyorquino responde al «evidente e innoble intento» de hacer daño a Benedicto XVI. «La tendencia que prevalece en los medios de comunicación consiste en dejar de lado los hechos y forzar las interpretaciones a fin de difundir una imagen de la Iglesia católica como si fuese la única responsable de los abusos sexuales. Una imagen que no corresponde con la realidad. Y que sin embargo se realiza con el evidente e innoble intento de llegar a golpear, a cualquier precio, a Benedicto XVI y a sus más estrechos colaboradores», sentencia el Osservatore Romano. El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y número dos del Vaticano, ha dicho esta semana que un «anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera». Desde que Ratzinger exigiera una actitud de transparencia y disciplina ante los casos de abusos en Irlanda, no dejan de salir nuevos casos que reflejan una actitud que algunos consideran demasiado tolerante por parte del Vaticano. El fiscal del ex Santo Oficio, Charles J. Scicluna, encargado de procesar a los pederastas y hombre afable al que algunos curas y víctimas conocen por su pasividad, arguye en su defensa que el sistema legal y la costumbre dificultan su trabajo. «La cultura del silencio, sobre todo en Italia, está muy extendida», explica. «El derecho canónico nos obliga a ser muy cautos y garantistas, porque protege al máximo los derechos y la intimidad de los acusados. Aunque eso no significa que hayamos evitado que en los casos más graves actuara la justicia civil, no es justo decir eso». Sin embargo, desde el Vaticano se entiende que la autoridad del Papa sale reforzada por su respuesta contundente de denuncia del pecado, aunque en muchos casos los pecadores hayan salido mejor parados de lo que lo harían ante la justicia ordinaria. Apoyos tampoco le faltan a Benedicto XVI entre el liderazgo católico. El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, defendió la honorabilidad del Papa sin tapujos en la misa de ramos. Dolan, que fue aplaudido durante 20 minutos tras su discurso, dedicó elogios a Ratzinger. «Es el líder en purificación, reforma y renovación que la iglesia tanto necesita», afirmó, para luego pedir que los feligreses rezaran por el pontífice. Fuente: AFP, Público, El País, The New York Times. Edición: ProtestanteDigital.com.

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